El Proyecto Pilara se ubica en un lote de cul de sac con una entrada angosta pero un amplio fondo que abarca el límite de tres lotes vecinos. Este diseño se enfocó en maximizar el uso de los diferentes espacios del jardín, creando áreas bien definidas y funcionales.
El jardín cuenta con diversos sectores: una huerta, una ducha exterior, un fogonero y un jardín privado del dormitorio principal. La pileta rectangular, situada cerca de la galería y visible desde los grandes ventanales del living, se integra con el entorno mediante un gran cantero que disimula la curvatura del fondo. Este cantero mezcla gramíneas y herbáceas en diferente altura, con un cerco vivo en altura que aporta privacidad.
Para generar un sentido de recorrido y sectorización, se diseñó un camino de pasto que sigue la línea del ingreso lateral. Este sendero, situado bajo la sombra de unas Acacia Frixia y atravesando canteros de gramíneas, enmarca el jardín privado del dormitorio principal, aislándolo de las áreas comunes.
En el extremo opuesto del jardín, se aprovechó un sector donde convergen los fondos de tres lotes para crear un área de fogonero circular de cuatro metros de diámetro, lo que permite que instalemos una gran mesa para disfrutar de comidas con amigos o familia bajo la sombra de los árboles.
Las vistas desde el living hacia el lateral oeste se realzan con un camino en zigzag, diseñado para generar pausas y ofrecer una visual atractiva desde el interior, siendo mas que un paso un recorrido.
Este proyecto de paisajismo en Pilara se destaca por su diseño innovador, con todas estas líneas curvas y diferentes caminos, logrando un espacio exterior que no solo es funcional sino también con gran atractivo.